sábado, 25 de febrero de 2017

MÁS QUE UNA OPINIÓN

Es la inauguración del blog y, me pareció oportuno comenzar escribiendo una serie de lo que se ha convertido en el apasionado tema central de mi vida. El cual, ha ido forjando mucho de lo que he abrazado como creíble y, de una manera impresionante destella veracidad al vislumbrar las evidencias que comprueban éste tópico tan atacado en la sociedad post-moderna en la que nos ha tocado crecer.  

Este breve artículo colocará los cimientos necesarios para poder introducir el tema en las siguientes entradas, y el título "¡Más que una opinión!", es un buen resumen de lo que en esta primera serie de artículos les presentaré. 


La generación post-moderna, su doble moral, y su búsqueda de lo razonablemente veraz.


Siento una gran inquietud al observar un poco de la filosofía de vida general de mi generación, donde si somos honestos y objetivos, estaríamos de acuerdo en que en ocasiones celebramos acciones, opiniones y actitudes que no son dignas de tal festejo. Todo porque hay una perspectiva universal acerca de como lidiar con las conductas del ser humano tratando de ser entes morales pero sin aclamar abiertamente las lineas de dichos valores, no sea que crucemos al extremo de ser fanáticos, retrogradas o de mentalidades estancadas, lo que se traduce en un estilo de convivencia en el que nada esta mal en si mismo, y donde se argumenta ventajosamente que nadie posee la imparcialidad necesaria como para trazar las lineas divisorias entre lo que es correcto y lo que no, entonces se proclama el relativismo como evidencia de lo racional y de la verdad; una verdad que la mayoría de veces es conveniente y condicional, resultando así en que toda opinión es veraz al mismo tiempo, y el derecho a exigir tolerancia resulta en el alegato preferido del interlocutor para evitar que el receptor muestre desacuerdo.

¡En ese mundo vivimos!

Así que, dado lo descrito, las opiniones por sí solas no son bases solidas para comprobar una teoría o punto de vista. Dentro de ello, ¿Qué papel juega lo racional y comprobable? ¿Cuál es el punto de partida al momento de formular argumentos que sustenten nuestras creencias? ¿Qué vuelve auténtico un punto de vista? ¿Existe algún ente totalmente imparcial para trazar con exactitud la división entre lo moralmente correcto e incorrecto? ¿Cuál es la mejor manera de verificar si mis opiniones están fundamentadas en algo verdadero? ¿Cuándo una persona utiliza como escudo protector el derecho a la tolerancia?

En ese sentido, podríamos tocar muchos distintos aspectos del tema, pero el primero será el religioso en contraste/dentro de la generación post-moderna y sus tendencias de relativismo, agnosticismo, escepticismo, ateísmo y liberalismo, su doble moral, estilos de vidas basados en opiniones no comprobadas, su búsqueda por la Verdad condicionada y su ataque a quien proclama la Verdad; todo esto en contraste con la Verdad verificada.


¡Acompañame en ésta primera serie de tantas y siéntete libre de dejar tu comentario! ¡Aquí primará la objetividad y los argumentos basados en evidencias!

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